Cuando nuestros hijos se acercan a un ordenador, es habitual que lo hagan de nuestra mano, que estemos presentes en sus primeros pasos en internet. Les enseñamos vídeos, fotografías, alguna que otra presentación de power point de algún tema infantil. El control sobre lo que ven es directo y está previamente filtrado por los adultos.
A medida que nuestros hijos crecen, van demandando usar el ordenador de forma más autónoma. Esto no quiere decir que estén siempre solos delante de la pantalla. Es recomendable, como veremos en diferentes guías, que el ordenador esté en una zona común y en caso de estar en su habitación, la pantalla sea visible si entramos por la puerta. No se trata de fiscalizar todo lo que ven, ni de invadir su privacidad, pero en el aprendizaje que nuestros hijos van a hacer sobre el uso de esta herramienta nosotros tenemos un papel importante para que no se vean excesivamente expuestos. Es un camino de largo recorrido en el que poco a poco, como en otras facetas educativas, iremos dándoles el total control de su actividad.
Una de las medidas técnicas es la de convertirnos en el administrador del ordenador. En cualquier trabajo en el que estemos utilizaremos nuestra computadora de forma autónoma, pero siempre hay alguien que administra la red que definirá los permisos que tenemos. Tenemos que basar la relación con nuestros hijos en la confianza, pero no está de más que utilicemos medidas de control parental. Es más, es algo que altamente recomendable.
En la página de Segu Kids podemos ver unas instrucciones sencillas de cara a configurar el usuario de nuestro hijo de una forma "segura", controlando los permisos del usuario, crear filtros, controlar el tiempo de utilización, configurar buscadores... También nos lleva a un listado aplicaciones útiles para realizar de forma óptima un control parental.
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